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42 Madriz Anaya, Raiza. El lenguaje sexista en el ámbito jurídico-laboral/
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el o la hablante. Se pudiera interpretar también que, utilizó el hablante
de manera ambigua incluyendo en ésta tanto a hombres-varones como
a mujeres, resultando esta situación, discriminatoria por razón de sexo,
impregnado, en consecuencia de un subjetivismo patriarcal.
Igualmente, Álvaro García Meseguer (1994, 24-26) sigue explicando
que:
Cuanto más sutil sea el caso particular de sexismo lingüístico en que in-
curra el hablante, tanta mayor profundidad está demostrando el arraigo
sexista de su mentalidad. Sexismo social y sexismo lingüístico se enlazan
como dos serpientes que se devoran mutuamente por la cola. El primero
es la causa del segundo; pero el segundo contribuye a reforzar el primero,
ya que el lenguaje conforma en parte la mentalidad de los hablantes.
De lo antes citado, se deduce que gracias al lenguaje, desde la niñez, se
va formando la futura mentalidad, asimilándose, inconscientemente, los
mismos valores, lo que origina un sexismo social que constituye la causa
del sexismo lingüístico. Sin embargo, se vuelve a observar en el texto, al-
gunas expresiones sexistas las cuales han sido resaltadas con otro diseño
de letra para una mejor comprensión y practicidad del tema en cuestión.
Ahora bien, según Vittoria Ferrara (2000, 9), “(…) el lenguaje no es ino-
cente, ni neutro: transmite la ideología, interpreta, reproduce la cultura,
refuerza los valores imperantes en la sociedad y condiciona nuestra visión
de la realidad (…) “. Al mismo tiempo, cita a Yadira Calvo (1990), quien
afirma que el lenguaje garantiza el orden patriarcal: heredero y generador
a la vez de una vasta tradición sexista que impide percibir lo femenino, lo
desvirtúa, lo ignora y lo descalifica”.
Es por ello, que ha existido una manipulación en el uso del lenguaje, lo
que ha originado la reinterpretación de la realidad, debido a que el hom-
bre-varón ha creado sociedades, culturas, civilizaciones, normas y reglas
que lo caracterizan como un ser superior, de forma que las mujeres no
deben mostrar su talento, su inteligencia, su creatividad porque desbo-
ronan la estructura realizada por el ego del hombre-varón, limitándolas
al trabajo doméstico y a la utilización de su energía sexual para la pro-
creación y producción. Así que, al reinterpretarse la realidad mediante
la perspectiva de género se buscaría la equidad en el lenguaje en sus di-