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            adjudican al accionar de los grupos de autodefensas de derecha, en
            connivencia con agentes del Estado , amén de los actos calificados
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            como terroristas de sus guerrillas; un país con varios centenares de
            personas  secuestradas  en  poder  de  delincuentes  comunes  y  de  la
            subversión;  una  sociedad  en  la  que  se  estima  que  cerca  de  35.000
            cuerpos  de  NNs  víctimas  fueron  sepultados  en  fosas  comunes  o
            arrojadas  al  fondo  de  los  grandes  ríos  entre  1996  y  2006,  cuyos
            principales  actores  han  sido  los  paramilitares,  quienes  han  logrado
            permear en su beneficio la administración pública y los órganos de
            representación popular y que así mismo se han apoderado de cerca de
            siete millones de hectáreas de tierras productivas mediante el terror y
            actos de barbarie que desdicen de la racionalidad humana ; un Estado
                                                                 15
            frente al cual se han emitido reiteradas sentencias condenatorias por
            parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Un Estado
            que presenta el 45% de muertes y atentados contra sindicalistas, de
            crímenes  y  atentados  contra  la  libertad  de  asociación,  erigiéndose
            en un vergonzoso primer lugar en el mundo en violar los derechos
            sindicales.  Un  Estado  con  un  Parlamento  deslegitimado  con  más
            de la tercera parte de sus miembros en la cárcel o investigados por
            corrupción, parapolítica, concierto para delinquir y con innegables
            nexos  con  organizaciones  armadas  al  margen  de  la  ley.  Un  Estado
            que  presenta  unos  gobernantes  elegidos  en  una  democracia

            14  En sólo el Departamento de Antioquia se estiman en más de 14.000.
            15  A raíz de la confesiones dadas por los comandantes paramilitares inmersos en el pro-
            ceso de la ley 975 de 2005, buscando beneficios de rebaja de penas por colaboración
            se han logrado recuperar 4.000 restos humanos en fosas comunes en tierra firme, que
            no son sino la punta del iceberg, pues la mayoría de las víctimas fueron descuartizadas
            y arrojadas al fondo de los principales ríos colombianos, que se han convertido en un
            cementerio de impunidad y de olvido, cuando no reducidas a cenizas después de ha-
            ber sido introducidas en hornos crematorios dispuestos para el efecto, como lo confesó
            desde Norteamérica Mancuso. Víctimas torturadas, abusadas, mutiladas y finalmente
            descuartizadas buena parte de  ellas. Baste ilustrar diciendo que sólo uno de los jefes pa-
            ramilitares acogido a la mal llamada Ley de justicia y paz declaró no tener la dimensión
            exacta de los homicidios cometidos por el grupo a su cargo, que en todo caso irían de
            1.300 a 1.500. (Datos de la Federación Internacional de Derechos Humanos; Registros
            del Instituto Nacional de Medicina Legal; y un estudio del profesor Germán Antía Mon-
            toya, «NNs en morgues y fosas comunes»).
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