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36 Castaño Zuluaga, L. Poder Judicial y Justicia Procesal / pp. 27-63
Se debe debatir ampliamente acerca de la finalidad del
proceso, pues de acuerdo a la óptica por la que nos decantemos
dependerá la escuela del Derecho procesal que adoptemos. Una cosa
es si teleológicamente el proceso busca la seguridad jurídica, otra si lo
que pretende es la realización de la justicia, otra si el estatuir la verdad
procesal y otra si sólo poner fin a un litigio entre partes, restableciendo
una armonía perdida.
El problema de la verdad y de la justicia procesal
La gran discusión a la que asistimos en el escenario del foro y
de la practica judicial, en donde interactúan diferentes concepciones
del Derecho, radica en determinar si la verdad y la justicia constituyen
solamente valores meta-legales, como estiman los positivistas y/o
los funcionalistas, estimando que se encuentran por fuera del propio
sistema jurídico, y que recurrir a ellos como baremos de eficacia
o legitimidad del Derecho genera la subjetivización del sistema
procesal, con lo que se hace, al mismo tiempo, inestable .
4
Así lo estima Benaventos (2001, p. 222) para quien la justicia,
como la moral y la verdad, son valores “metalegales”, en el entendido de
que están más allá del propio sistema jurídico, por lo que deslindarse
por alguno de ellos terminará subjetivizando el análisis iusteórico
que se pueda realizar. En el esquema neoconstitucionalista que aquí
seguimos el Derecho es sin duda un producto social que mide el grado
de civilización de los pueblos que lo adoptan, en cambio el sentido
de justicia ha estado inmanente a la esencia del hombre incluso
desde antes de organizarse socialmente en comunidades políticas. El
Derecho no sólo se integra por reglas sino que también es portador
de valores y todo ordenamiento jurídico impone los suyos. Para un
Estado que se dice social, democrático y de Derecho el principio-
valor central y primigenio será, ante todo, la justicia, del cual derivan
los demás. Si la justicia se materializa en la práctica cotidiana de
una determinada sociedad de contera se tendrá seguridad y certeza
4 Así por ejemplo, Benaventos y Calle, 2003, p. 111.