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ANUARIO DE DERECHO. Año 29, N° 29. Enero-diciembre 2012. Mérida-Venezuela.
ISSN:0076-6550. 87
por Giugni (2000), que se considera como necesario el diagnóstico del
embarazo en los siguientes casos, entre otros:
1° Para desvirtuar una falsa acusación de aborto;
2° Post mortem, en el caso en que la muerte se atribuye al aborto
(2do. aparte del artículo 432 del Código Penal);
3° Para apreciar las consecuencias de la violación y el atentado al
pudor sin violencia;
4° En el caso de rapto;
5° Para apreciar la excusa de las mujeres delincuentes (brotes
agudos de delirio maníaco o melancólico, de una verdadera
locura puerperal, (que debe el perito saber reconocer);
6° En los casos de suposición de parto;
7° Como prueba de adulterio.
8° En materia de donación (Aún cuando el artículo 1.443 del
Código Civil permite recibir donaciones a favor de los hijos
todavía no concebidos, puede estipularse este beneficio
concretamente para el ya concebido (p. 230).
Como ya se ha expuesto, el diagnóstico de embarazo se hace
desde la perspectiva forense cuando hay implicaciones legales del mismo.
La exploración física de la embarazada, no varía de otras exploraciones
médicas desde el punto de vista clínico, tan solo en que la atención se
dirige especialmente a las medidas de la pelvis y al examen genital, y
con especial atención a la correcta interpretación de signos importantes
propios de la mujer gestante y el conocimiento de las modificaciones que
se producen en su organismo.
Durante los dos primeros meses existen dos síntomas esenciales;
la amenorrea secundaria y las modificaciones del cuerpo uterino, que
constituyen los signos de presunción. Para Giugni, ya citado, el diagnóstico
de embarazo puede realizarse, en los casos de interés medicolegal, a través
de signos clínicos peculiares o mediante determinadas pruebas biológicas.
Los signos clínicos; según los méritos de convicción que arrojen en orden
a comprobar el estado de preñez, se pueden clasificar en:
1° Signos de posibilidad; 2° Signos de probabilidad y 3° Signos
de certeza. Los dos primeros, o sea, de posibilidad y probabilísticos, se
denominan también maternos, porque se desprenden de observaciones