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ANUARIO DE DERECHO. Año 29, N° 29. Enero-diciembre 2012. Mérida-Venezuela.
ISSN:0076-6550. 91
de un óvulo, cuando una gravidez está ya en curso. Esta posibilidad debe
considerarse si no imposible en teoría, muy improbable en la práctica.
Embarazos Patológicos;
El embarazo extrauterino o ectópico, se desarrolla como
consecuencia de la implantación del óvulo fecundado (huevo) fuera de
la cavidad uterina. Existen variedades de localización; Puede producirse
en los ovarios, las trompas de Falopio, los cuernos uterinos, el peritoneo
abdominal o pelviano, y en casos raros en el cuello de la matriz. Cerca del
98% de los embarazos ectópicos se ubican en la trompa siendo este el sitio de
implantación más frecuente de este tipo de embarazo. Al respecto comenta
Giugni (2000) que “La gravidez extrauterina, que tiene extraordinario interés
médico-legal, especialmente en el caso de muerte imprevista de la gestante,
se produce cuando el óvulo fecundado se anida en un tracto cualquiera del
recorrido comprendido entre el ovario y la cavidad uterina” (p. 248).
Otro aspecto de los efectos directos y más frecuentes que producen
la muerte en mujeres con embarazos ectópicos –al considerar que el mayor
porcentaje de este tipo de embarazo se ubica en las trompas- el mismo autor
comenta acerca de las consecuencias inmediatas y más comunes del aborto
tubárico, la hemorragia domina netamente y puede ser mortal: la sangre
derramada se expande en plena cavidad abdominal (hemoperitoneo). La
muerte cierra rápidamente el episodio si no se interviene. Estos casos de muerte
rápida suscitan, como es obvio, la frecuente intervención de las autoridades
judiciales, y haciendo surgir dudas de envenenamiento y de responsabilidad
de otras personas. También puede ocurrir que los familiares de la gestante
atribuyan la muerte a incapacidad diagnóstica o a un error fatal del médico,
planteándose así delicadas cuestiones de responsabilidad profesional.
Embarazo molar; es otra forma de embarazo patológico, que
tiene interés medicolegal. Este tipo ocurre cuando las nuevas formaciones
originadas a partir del trofoblasto corial comprenden procesos de
gravedad variable desde la mola vesicular o hidatiforme, que puede
considerarse biológicamente benigna, hasta el coriocarcinoma, tumor
altamente maligno. Cuando los tumores coriónicos contienen vellosidad
(la cual es hidrópica y avascular) se desarrollan como un embarazo molar
y son llamados mola hidatiforme. En algunos casos el trofoblasto se
desarrolla y forma membranas placentarias, a pesar de que exista escaso
tejido embrionario o ninguno. Las molas secretan grandes cantidades
de Gonadotropina Coriónica Humana (GCH). Así pues, para Uranga y