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Astorga, J. Think Thanks Canadienses. La práctica del policy analysis
            100                                 desde instancias no-gubernamentales / pp. 95-121



            cia de un dinámico mercado de ideas políticas que, lejos de pertenecer a
            exclusivos nichos académicos, constituye por sí mismo un espacio abi-
            erto para el competitivo proceso de intercambio de propuestas, posibi-
            lidades y opciones políticas dentro de un ámbito gubernamental más o
            menos democrático.  Además, y siguiendo el análisis de Stephen Brooks
            (2007), ello  lleva a reflexionar directamente en el efecto político que
            tiene la evolución del policy analysis como  actividad profesional dentro
            de los diferentes escenarios políticos e institucionales frente al competi-
            tivo mercado no-intelectual de ideas política, en tanto que su ejercicio
            puede ser apreciado como una suerte de «soft-power» cultivado y prac-
            ticado por diferentes actores y agentes, sean estos gubernamentales o no-
            gubernamentales, dentro de los distintos niveles de análisis y elaboración
            de políticas públicas.

                   Por tanto, el policy analysis se convierte en ese lugar común donde
            convergen muchas acciones y prácticas sociales desde las cuales se busca
            la racionalización y objetivación de toda la vida pública y política a través
            de divergentes premisas económicas e institucionales propias de los siste-
            mas liberales contemporáneos. Más concretamente, como lo establecen
            L. Dobuzinskis, M. Howlett y D. Laycock siguiendo un trabajo de Leslie
            Pal de 2006: el policy analysis no es más que «la aplicación disciplinada
            del intelecto a los problemas públicos» (Doduzinskis et al., 2007; p. 4).
            En efecto, la racionalización del conocimiento político que se hizo pat-
            ente a lo largo del siglo XX, ha sido propiciado por el desarrollo de un Es-
            tado a la vez administrativo y administrador, siguiendo el modelo keynes-
            iano de Estado de Bienestar - patente en el contexto histórico canadiense
            desde 1930, a raíz de los eminentes efectos negativos de la Gran Depre-
            sión (Struther, 2004; p.653) -, aunque poniendo el acento en el desarrollo
            de un debate público «guiado por expertos», una premisa weberiana que
            fue típicamente implementada en la construcción del aparato administra-
            tivo canadiense entre 1940 y 1960.

                   En este sentido, S. Brooks (2007; p. 39) ofrece un importante
            marco conceptual con el objeto de aproximarse al desarrollo de una pro-
            fesionalización del policy analysis en Canadá desde contextos no-guberna-
            mentales, definiéndolo como una actividad que se ha venido arraigando
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