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Grisolía O.

          la verdad con la mentira. Éstos ni buscan ni les interesa la ayuda médica.

              Está  un  segundo  grupo  conocido  como  el  de  la  pedofilia  estructural,
          conformada por sujetos que llegan a agruparse en redes que constituyen verdaderas
          mafias de criminales organizados alrededor del abuso infantil. Estos son seres que
          permanentemente están buscando ese placer desviado.
              Dentro de este segundo grupo se distinguen tres subtipos:

              En primer lugar está el denominado pedófilo romántico, éste seduce a los
          niños, los enamora, considera que esa actitud los beneficia. Tiene acercamientos
          amorosos con los niños aunque no necesariamente llegue al contacto sexual. Sin
          embargo, esa falsa ternura no es más que una seducción narcisista atrozmente
          destructiva.  Este  pedófilo  actúa  solapadamente,  lo  que  dificulta  descubrirlo  y
          denunciarlo, razón ésta para considerarlo demasiado peligroso para la sociedad
          por lo resbaladizo de su actuación.
              En segundo lugar, está el calificado como el pedófilo cínico, éste a más de
          las características del anterior se le añaden expresiones sicopáticas que lo hacen
          propenso a la mentira y el engaño, siempre consigue formas de seducir, manipular
          y maltratar a los niños sin sentir la más mínima consideración por ellos. Estos
          sujetos son anodinos y carentes de toda responsabilidad.

              Y, en tercer lugar, está el mencionado pedófilo sádico, éste no es que sólo
          junta la hipersexualización con la actuación del acto perverso, sino que, al mismo
          tiempo, odia y arremete. Este aberrado sexual, además de buscar placer en esa
          relación, domina y lo que pretende es ejercitar su poder a través de la humillación,
          la  degradación  y  el  sufrimiento  que  le  causa  al  niño.  Y  es  tal  el  descontrol
          y  la  excitación  que  tiene  en  ese  instante  que  puede  hasta  asumir  conductas
          homicidas.

          Efectos de la pedofilia

              Ese abuso sexual que se comete contra un niño tiene que causarle un trauma:
          su alma y su vida quedarán heridos para el resto de su existencia. Entendiendo que
          el trauma es un acontecimiento imprevisto que la mente no es capaz de procesar.
          El  niño  no  está  capacitado  para  manejar  tanta  agresión,  cinismo,  excitación
          sexual, confusión, caos. El aberrado pedófilo lo empuja hacia un estado mental




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