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Pedofilia: sexo y violencia
Sin embargo, esto no es suficiente. La violencia sexual no termina, antes que
esto se extiende, se especializa, principalmente ésta que aquí se trata. Está en las
redes de Internet y de fácil acceso por parte de los niños y los adolescentes, basta
sólo con pulsar un botón y ya tienen todo un cúmulo de información torcida y
aberrante.
Hay algunos adultos que para procurarse su bienestar económico, obligan
a niños o adolescentes a realizar ciertas actividades que, si bien, no se ven como
conductas típicamente delictivas si se atenta contra la salud física y psíquica
de éstos, además de mantenerlos deambulando por las calles, estas criaturas
serán fácilmente capturables por los aberrados sexuales. Esta conducta se está
convirtiendo en el país en el modus vivendi de esos sujetos sin escrúpulos que se
aprovechan de la grave situación de miseria que acorrala a una gran cantidad de
familias. Esta actuación debe ser tipificada y castigada.
Conclusiones y recomendaciones
En este mundo competitivo que se vive hoy, tanto padres como madres tienen
que salir al mercado laboral, hay menos tiempo para los hijos, para escucharlos,
para disfrutarlos, razón ésta que hace que los padres se sientan culpables, pero aún
así, no pueden dejar de realizar sus trabajos, la carestía económica y la necesidad
de lograr una estabilidad, se los impide. En la actualidad, son escasas las familias
en las cuales los hijos se reúnen con sus padres para compartir, para contarse lo
ocurrido en el día, en fin, para estar juntos, porque es que, igual, si tuvieran el
tiempo la televisión o la Internet se los interferiría. Y, esta situación puede llegar a
generar desequilibrio en las relaciones de la vida familiar.
A más de esto, han surgido estructuras familiares conformadas por parejas
que han roto sus anteriores matrimonios y que deciden formar un nuevo núcleo
familiar. Pero, pasa que estos padres difícilmente logran sanar las dolorosas
heridas que se le han causado a los hijos con sus separaciones y el reacomodo y
la convivencia con los cónyuges o las nuevas parejas de éstos. Llegando a suceder
que esta situación genere en los hijos cierta vulnerabilidad y los convierta en
presas fáciles de los aberrados sexuales, ya que, esas malas condiciones de vida
familiar los llevan a deambular por las calles en la búsqueda de un padre o una
madre imaginarios, que acaban por encontrar, dramáticamente, en la persona de
un pedófilo. No quiere esto significar que los hijos de las parejas ensambladas
o reconstituidas siempre sufrirán estas consecuencias, sólo estarán expuestos
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