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Pedofilia: sexo y violencia
como ha ocurrido últimamente, un sacerdote. Es una persona con una manera
distinta de ver la sexualidad, supeditados por la estructura de su personalidad,
pero, por supuesto, responsables por el mal que ocasionan cuando actúan
pedofílicamente.
Puede ocurrir que el pedofílico se sienta culpable, pero no es capaz de
contener su conducta abusiva por cuanto ese comportamiento ya se ha tornado
en una adicción y comienza por necesitar niños a su alrededor. Y, ¿cuál es la causa
que lo induce a esa actitud negativa? Pudiera decirse que una de las que lo llevan a
actuar de esa manera es el aprendizaje de posiciones negativas hacia el sexo, tales
como experiencias de abuso sexual durante la niñez, sentimientos de inseguridad
y baja autoestima que, además, le entorpece sus relaciones interpersonales,
facilitándole el trato con los niños, es decir, para el pedófilo es más cómodo
entablar una relación adulto/niño, que con personas de su misma generación.
Cuando el niño percibe que algo anda mal decide contarle a su madre lo
que está ocurriendo pero puede suceder que ésta no le de credibilidad a lo que
ese niño agredido relata por el temor de quedar en orfandad económica sumado
a una mal entendida vergüenza social. Quedando, entonces, este delito oculto en
el interior del mismo hogar.
Y, es que, además, el agresor sexual cuando se ve descubierto consigue
demostrar un gran sentimiento de arrepentimiento y hasta llegar a convencer
que esa situación no volverá a ocurrir, aduciendo que el hecho se produjo por
circunstancias o ajenas a él o por culpa de la misma víctima y hasta pueden
hacer dudar gravemente de lo sucedido al lastimado. Pero es necesario tener en
cuenta que las niñas o niños no mienten sobre un asunto tan grave, ya que ellos,
generalmente, no conocen o no saben sobre el sexo y su manifestación.
Es muy importante creerle al niño a la primera señal, nunca decirle que
miente, pues, no es capaz de engañar con algo tan serio, asimismo, hay que tener
conciencia de que el niño no es el culpable, que no fue él el que provocó esa
conducta agresiva. Porque es que en la gran mayoría de los casos ni entienden
porque su cuerpo es manoseado o visto en la forma en que lo hace un aberrado
sexual. Y el pedófilo ni por ese remordimiento, que suelen aparentar, dejan de
actuar de esa manera, son reincidentes y repetitivos a menos que se intervenga
y se frene esa conducta, ninguno desiste voluntariamente. Será necesaria la
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