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Bolaños, M. Los fines del Derecho Penal. Una aproximación
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                   Ciertamente,  el  Derecho  Penal  exige  una  delimitacion  tanto
            desde  la  perspectiva    instrumental  (fines)  como  desde  la  perspectiva
            valorativa, entendiendo que esta última es la barrera de contención de los
            fines planteados en razón de la primera perspectiva.
                   En este punto del análisis,  se adentra el autor en las distintas
            perspectivas desde las que se puede leerse la prevención general positiva,
            a saber: perspectiva ético-social, perspectiva integracionista y perspectiva
            proteccionista enfocada hacia la norma. Desde la perspectiva ético-social,
            el Derecho Penal obedece al fin de internalizar y fortalecer valores. Esta
            posición pasa por comprender que la sociedad es un todo orgánico unido
            en torno a valores, de manera tal que el Estado representa el todo y su
            esencia óntica esta conformada por la esencia moral de la comunidad.
            Según esta perspectiva el individuo, singularmente considerado, es un ente
            aislado sin ninguna trascendencia social en comparación con el Estado
            que lo es todo, de manera que la labor de éste no es proteger intereses
            individuales sino el mantenimiento de la ética del todo social, siendo el
            Derecho Penal, uno de los instrumentos más idóneos para realizar esta
            labor. Así, el Estado representa la comunidad ética, el Derecho representa
            la moral colectiva y el delito la lesión de los deberes que se tienen para
            con  la  comunidad.  El  delito  resulta,  a  fin  de  cuentas  de  la  infidelidad
            frente a los valores que sostienen el sistema. La culpabilidad, según esta
            propuesta, consiste en reprochar esta infidelidad frente a la moralidad
            colectiva.  Tal  reproche  se  justifica,  además,  porque  la  ética  individual
            no puede estar por encima de la del Estado. La exigencia que se dirige
            al sujeto es que sea fiel a las convicciones en las que se sostiene la moral
            colectiva y es esta infidelidad y no la perturbación o puesta en peligro de
            intereses individuales, lo que fundamenta el reproche de la culpabilidad.
            En la perspectiva integracionista, el autor ubica la función del Derecho
            Penal en la especificidad de la aplicación de la pena, de manera que el
            fin del Derecho Penal es la estabilización de la conciencia jurídica y la
            paz social a través del fortalecimiento de los lazos de los miembros de la
            comunidad. La aplicación de la pena obedece a la idea de unir con mayor
            fortaleza la sociedad, por ello la cuantía de la pena estará determinada
            por la cuantía de la venganza social que debe satisfacerse y en el fondo
            la pena funcionará sobre la base de la exclusión y del etiquetamiento del
            delincuente, lo que a su vez se revierte en la reafirmación del resto de la
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