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Bolaños, M. Los fines del Derecho Penal. Una aproximación
164 desde la Filosofía Política / pp. 161-180.
Ciertamente, el Derecho Penal exige una delimitacion tanto
desde la perspectiva instrumental (fines) como desde la perspectiva
valorativa, entendiendo que esta última es la barrera de contención de los
fines planteados en razón de la primera perspectiva.
En este punto del análisis, se adentra el autor en las distintas
perspectivas desde las que se puede leerse la prevención general positiva,
a saber: perspectiva ético-social, perspectiva integracionista y perspectiva
proteccionista enfocada hacia la norma. Desde la perspectiva ético-social,
el Derecho Penal obedece al fin de internalizar y fortalecer valores. Esta
posición pasa por comprender que la sociedad es un todo orgánico unido
en torno a valores, de manera tal que el Estado representa el todo y su
esencia óntica esta conformada por la esencia moral de la comunidad.
Según esta perspectiva el individuo, singularmente considerado, es un ente
aislado sin ninguna trascendencia social en comparación con el Estado
que lo es todo, de manera que la labor de éste no es proteger intereses
individuales sino el mantenimiento de la ética del todo social, siendo el
Derecho Penal, uno de los instrumentos más idóneos para realizar esta
labor. Así, el Estado representa la comunidad ética, el Derecho representa
la moral colectiva y el delito la lesión de los deberes que se tienen para
con la comunidad. El delito resulta, a fin de cuentas de la infidelidad
frente a los valores que sostienen el sistema. La culpabilidad, según esta
propuesta, consiste en reprochar esta infidelidad frente a la moralidad
colectiva. Tal reproche se justifica, además, porque la ética individual
no puede estar por encima de la del Estado. La exigencia que se dirige
al sujeto es que sea fiel a las convicciones en las que se sostiene la moral
colectiva y es esta infidelidad y no la perturbación o puesta en peligro de
intereses individuales, lo que fundamenta el reproche de la culpabilidad.
En la perspectiva integracionista, el autor ubica la función del Derecho
Penal en la especificidad de la aplicación de la pena, de manera que el
fin del Derecho Penal es la estabilización de la conciencia jurídica y la
paz social a través del fortalecimiento de los lazos de los miembros de la
comunidad. La aplicación de la pena obedece a la idea de unir con mayor
fortaleza la sociedad, por ello la cuantía de la pena estará determinada
por la cuantía de la venganza social que debe satisfacerse y en el fondo
la pena funcionará sobre la base de la exclusión y del etiquetamiento del
delincuente, lo que a su vez se revierte en la reafirmación del resto de la