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Alvarado M.
Siguiendo con el origen de la tarjeta de crédito, posiciones como las del autor
Sarmiento Ricaurte tienden a considera que:
“la evolución de las tarjetas de crédito se dio propiamente en la década de
los años 60 donde se evidenció un desarrollo extraordinario a consecuencia
de la general aceptación del sistema por parte de los distintos sujetos de
las operaciones comerciales, observándose además cambios radicales en la
forma de vida de los usuarios como consecuencia de la implementación de
esta nueva modalidad crediticia que modifico radicalmente el concepto de
las ventas a plazos al incorporarse en este tipo de negocios contractuales las
instituciones de crédito. La banca comercial- eliminando o disminuyendo
de alguna manera el otorgamiento de pagarés, los contratos de fianzas, la
presencia de codeudores, los contratos de venta con reserva de dominio,
sustituidos por un sistema que en la relación tarjetahabiente – Afiliado
se celebran contratos de venta o adquisición de servicios con pago de
contado, y materializándose el crédito sin mayores obstáculos, ni jurídicos,
ni psicológicos como consecuencia del uso del plástico entre el Emisor
(banco) – Tarjetahabiente. El mecanismo inmediatamente se presento para
los bancos como un medio de ingresos adicionales y de rentabilidad, los
cuales unidos en asociaciones o mediante convenios en todo el territorio
norteamericano pudieron expedir tarjetas de crédito común, creando un
sistema de carácter nacional, de donde surgieron las que hoy son grandes
firmas de tarjetas que operan bajo los nombres de Mastercard Internacional,
Visa Internacional, American Express, entre otros. Por otra parte, en otros
países del mundo, nuevos programas de tarjetas eran lanzados, manejados
siempre por bancos o por asociaciones de instituciones financieras, creando
así sistemas mundiales de tarjetas bancarias de crédito” (1973: p.3 - 5)
Según la autora Bethania Rodríguez consultada en la página web. Gestiopolis.com,
la creación de la tarjeta bancaria de crédito
“no es más que el último eslabón en la cadena evolutiva del intercambio de
valores. Además de que cumple con las tres funciones principales de una
intermediación financiera, ya que transfiere fondos; es un instrumento de
créditos y bajo los aspectos de seguridad contribuye a llenar la función de
custodia de valores. También es un hecho que debido al avance tecnológico
y al crecimiento del mercado, las tarjetas de crédito han dejado de ser un
instrumento clasista para introducirse en el mercado de las masas, lo que ha
creado un aumento en las operaciones a nivel mundial”.
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