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ANUARIO DE DERECHO. Año 31 N° 31. Enero-diciembre 2014. Mérida-Venezuela. 63
ISSN:0076-6550.
Por lo antes expuesto, se procede aprofundizar explícitamente sobre el
control de constitucionalidad en Venezuela, particularmente sobre los
mecanismos o herramientas de aseguramiento de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, instrumentos que constituyen la ga-
rantías constitucionales que están dirigidas a la reintegración del orden
constitucional cuando éste ha sido violado o desconocido por los órga-
nos delos Poderes Públicos del Estado.
2. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
El control de constitucionalidad de las leyes es un mecanismo de pro-
tección de la Constitución, que garantiza el principio de la supremacía
constitucional, principio fundamental, de alto valor jurídico para una so-
ciedad organizada, quepermite el aseguramiento, respeto y acatamiento
de la Carta Fundamental, todo por mandato del Poder Constituyente, ya
que en la Constitución se plasma o materializala voluntad del pueblo, la
cual se transforma en reglas, normas o principios con base constitucional,
por las que se han de regir los ciudadanos y los órganos de los Poderes
Públicos del Estado, asimismo en la Constitución se consagra la protec-
ción de los derechos fundamentales y los lineamientos que servirán de
cimiento a los efectos de elaborar las leyes que desarrollan los postulados
constitucionales, así como establecimiento de los límites a la actuación
de los órganos de los Poderes Públicos, por cuanto la sola declaración
formal del Poder Constituyente no es suficiente para dar plena eficacia
al principio de supremacía constitucional, por ello se ha instaurado un
sistema de control constitucional o medios, métodos o instrumentos de
defensa de la Constitución.
La Constitución es un sistema defensivo, que requiere defensa, como
bien apunta Sáchira, 1984, p. 329:
Curiosamente, aunque una Constitución es, en sí misma, toma-
do su carácter servicial, un sistema de defensa de las libertades y
derechos de los gobernados frente al poder político que procura
racionalizar, resulta, por eso mismo, vulnerable y a su vez requiere
mecanismos de conservación y tutela. De este modo, el derecho
en un alarde de tecnicismo y refinamiento se protege a sí mismo.