Page 104 - Anuario28
P. 104
ANUARIO DE DERECHO. Año 28, N° 28. Enero-diciembre 2011. Mérida-Venezuela.
ISSN:0076-6550. 113
menos institucionales, los think tanks no tienen esa visibilidad que sí
poseen sus pares estadounidenses, aun cuando sus estructuras y compor-
tamientos se asemejen en mucho a aquellos. Luego de haber abordado
teóricamente el fenómeno de los think tanks, y de encontrar evidencia
de que dichas organizaciones tienen una trayectoria institucional impor-
tante como intermediarios entre el sector gubernamental y no-guberna-
mental, así como un rol modesto pero inamovible dentro de los ciclos de
análisis y elaboración de políticas públicas, se hace igualmente necesario
comprender cómo es el carácter concreto de los think tanks canadienses y
cuál es su desempeño dentro del competitivo mercado de ideas políticas
canadiense.
Para avanzar en esta dirección se acepta como referencia, una
vez más, un modelo de análisis ofrecido por M. Howlett y E. Lindquist
(2007; p.90) para comprender el marco conceptual en el que se articulan
algunas de las prácticas analíticas más relevantes del nuevo policy analy-
sis movement en Canadá, y con los que se espera condicionar intelectual-
mente el contexto institucional del policy analysis community canadiense.
En principio, y dado que las prácticas del policy analysis dependen del
desarrollo de un conjunto de competencias y cualificaciones profesion-
ales cultivadas especialmente para la intervención analítica en procesos
formales, estos autores establecen la necesidad de reconocer, al menos,
dos aspectos fundamentales en torno al desempeño de los agentes que
integran todo el policy analysis community canadiense, partiendo de: 1)
los distintos tipos de competencias que se practican formalmente en el
policy analysis; y 2) reconociendo los diferentes niveles gubernamentales
en los que se proyectan estas prácticas.
En lo relacionado a la primera fase del análisis, se encuentra que
estos autores toman como referencia tres variables para identificar, en for-
ma general, las tendencias en el policy analysis: a) por estilos o tendencias;
b) por alcance analítico; y c) por valores ideológicos-organizacionales.
En principio, este modelo funciona ordenando a los agentes involucrados
según sus preferencias en torno a dos estilos o tendencias básicas en el
policy analysis: una «racional-positivista» y otra «socio-constructiva»,
esquema tomado del autor norteamericano Beryl Radin (2000), para
abordar el fenómeno de lo público. Una segunda fase, implicaría iden-