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Urdaneta, E. La Valoración de la Experticia Psiquiátrica en los Procedimientos
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                   En  Grecia  aparecen  por  primera  vez  los  trabajos  médicos,
            literarios y filosóficos acerca de las enfermedades mentales. Para Morales
            «Dos escuelas filosóficas principales, aquella de Platón y la de Hipócrates,
            se oponen hasta nuestros días en lo que concierne a la naturaleza para
            abordar el problema de los desórdenes mentales» (2000, p. 19). Según
            este autor, la tradición platónica es aquella que acoge el punto de vista
            de  las  entidades  de  las  enfermedades  sobre  los  desórdenes  mentales,
            mientras que la concepción hipocrática insiste sobre la historia natural de
            pacientes individuales.

                   Es de gran importancia el estudio de las enfermedades mentales
            en Roma, porque jurídicamente, surgen novedosas concepciones y se le
            atribuye trato legal al enfermo mental.  Así, Freedman y otros, establecen
            que «en la ley civil primitiva, la pérdida de capacidades fue descrita por
            los romanos como non compos mentis. El desarrollo de este concepto
            fue asociado a una creciente preocupación social por la protección de
            los derechos de algunas personas mermadas en su capacidad» (1982, p.
            2679).

                   En la Edad Media, época de oscurantismo, para la ciencia, no
            hubo un gran desarrollo en el estudio y tratamiento de las enfermedades
            mentales,  puesto  que,  inicialmente  el  hombre  medieval  concebía  el
            mundo únicamente en términos de Dios. Los fenómenos anormales eran
            aceptados como una parte intrínseca de la arquitectura del mundo. La
            creencia general era que los pacientes mentales se curaban por fuerzas
            sobrenaturales.  Mientras  esto  sucedía  en  el  hemisferio  occidental,  en
            los países orientales se tenía una concepción distinta de los enfermos
            mentales y se les trataba de una manera más humana, de hecho, fundaron
            algunos asilos para el resguardo de estos enfermos.
                   Posteriormente, al decaer las creencias religiosas y el feudalismo,
            en el Renacimiento, surge el ritual de la brujería, la cual, representaba
            una transmutación deliberada y una parodia del mundo cristiano, a los
            enfermos  mentales,  especialmente  aquellos  que  padecían  delirios  o
            alucinaciones, se les tenía como poseídos por el demonio.

                   Ahora bien, el primer psiquiatra aparece en el siglo XVI: Johann
            Weyer  quien  en  su  obra    De  Praestigiis  Daemonum,  publicado  en
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