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ANUARIO DE DERECHO. Año 26, N° 26. Enero-diciembre 2009. Mérida-Venezuela.   167
            ISSN:0076-6550.


            crecimiento como individuos y como seres sociales, una oportunidad
            en la que pongamos a prueba nuestra capacidad de obtener de ella
            los  mejores  beneficios,  los  cuales  deben  asirse  fuertemente  de  un
            contenido ético. Con esto quiero resaltar el “cambio” y la “crisis” que
            se asocia al proceso de globalización, ambas experiencias explotables
            en  la  búsqueda  que  reclama  la  concepción  ética  del  hombre.  La
            globalización  debe  servirnos  para  renovar  actitudes  y  posiciones  a
            partir de lo que significa re-hacernos como sujetos éticos en medio
            de un terreno que recién comenzamos a experimentar, enfrentando
            adversidades, obteniendo logros favorables en el ámbito personal y en
            el ámbito colectivo, probando constantemente nuestras capacidades.

                   El  solo  hecho  de  sentir  la  necesidad  de  cuestionarnos  y  de
            llegar a hacerlo es ya parte de la ética que reclama este proceso que
            hoy nos ha tocado enfrentar. Entre las múltiples transformaciones que
            devienen como directa consecuencia del  proceso de globalización,
            debe contarse con una revisión del hombre como sujeto, una revisión
            planteada a partir de un proceso de introversión reflexiva en el que cada
            uno se consiga con el cada cual que lleva dentro y se identifique con el
            otro. Si ha de ser nuestra voluntad, el macro-proceso de globalización
            es la oportunidad para replegarnos en lo micro atendiendo aspectos
            muy  íntimos  hasta  ahora  descuidados,  es  la  oportunidad  para
            devolver a algunos valores la preeminencia perdida, pues la naturaleza
            ontológica de los valores es “valer” y esto sólo es posible una vez que
            hayamos contextualizado dicho valor. Por esta razón si bien es cierto
            que considero que existe la posibilidad de hacer de esto una positiva
            experiencia con un profundo contenido ético, también es cierto que
            por estas mismas razones,  no es posible hablar de una única ética
            globalizada y válida para todos.

                                   CoNClUSiÓN


                   Tal  y  como  se  ha  planteado  en  el  desarrollo  del  presente
            trabajo, la globalización se nos muestra hoy en día como un complejo
            fenómeno que nos involucra a todos en todas y cada una de las cosas
            que nos conciernen personal y colectivamente e inmiscuyéndose en
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