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150 Bolaños González, M. ¿Es Posible un Acercamiento Ético en el
Proceso de Globalización? / pp. 147-169
que consiste la globalización debe deslindarse de los fenómenos que
pudieran estimarse como sus efectos directos e inmediatos, tratando
de orientarse hacia la búsqueda de la naturaleza ontológica que le es
propia, de manera de no llegar a confundir las causas con sus efectos
ni de tener una visión ingenua e insuficiente del asunto, como cuando
se señala que el hecho de que una persona ubicada en cualquier ciudad
importante del mundo tenga opción a comer una hamburguesa Mc
Donald’s con la estandarización de sabores que ello implica, o que mi
amigo al otro lado del planeta pueda recibir en fracciones de segundos
el texto de un saludo de afecto de mi parte. Sin duda alguna, ambas
situaciones ilustran la afirmación hecha anteriormente con respecto
a los distintos niveles en los que se han manifestado los efectos de
la globalización, de manera que una verdadera comprensión de este
proceso, debe trascender la particularidad de los fenómenos que lo
caracterizan y con los que podemos ilustrar el fenómeno, permitiendo
llegar al fondo y poder asir su verdadera esencia.
Esta diversidad de significados no está aislada, por el contrario
viene aparejada con diferentes interpretaciones dependiendo del
ámbito del conocimiento a que se refiere, de manera tal que no
existen posturas teóricas unánimes en relación a la naturaleza de este
fenómeno, aunque hay una fuerte inclinación de los estudiosos de
concebirla como un proceso (Giddens, 1990) (Beck, 1999) o - más
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aún como varios procesos que se entrecruzan entre sí interconectando
sus resultados y efectos - que se gestan a partir de específicas
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1 Considero que la globalización es un proceso, cuya principal característica es la de ser
“actual”. Con ello pretendo resaltar el hecho de que es un proceso cuya finalización está
muy lejos de darse y que en consecuencia no nos podemos permitir concluir sobre sus
tendencias y efectos. En es un proceso que está en pleno auge de producción, su medi-
ción es posible sólo con la medida del avance tecnológico y que implica cambios consi-
derables, cuyos resultados están siendo colocados en el tapete constantemente, y en el
que están involucradas todas las esferas activas posibles de la convivencia humana.
2 Muñoz (2002) acoge esta postura cuando expresa que los diferentes procesos de glo-
balización muestran su complejidad y ambiguedad simultáneamente y cuya forma viene
dada por la confluencia de una única fuerza avasalladora. Esta contingencia e incerti-
dumbre ... se ha vuelto natural, casi cotidiana, conforme se distinguen y configuran fuer-
zas y resultados de la globalización antes no tan evidentes como se pensaba. Por su parte
Beck (Citado en Jones, 2006) distingue entre globalismo, globalidad y globalización,
como tres versiones distintas desde las que podemos percibir el fenómeno.